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Evelyn Berezin

Durante la primera mitad del siglo XX, la escritura hacía ruido a través de las máquinas de escribir. En el contexto estadounidense, tiq taq taq taq taq taq teq ringgg trrrst era el sonido maquínico de las oficinas burocráticas y de los lugares donde los autores dictaban frases. Mientras diversos documentos eran firmados por lOs burócratas de Estado, y los textos eran propiedad intelectual de autorEs privilegiados, quienes en realidad escribían eran, en su mayoría, mujeres que recién se incorporaban a la mano de obra asalariada del capital: las mecanógrafas, creadoras (anónimas) del archivo, dice Rebeca Barquera. Según Remedios Zafra, en Occidente, la tarea de teclear había sido feminizada.  

Bajo ese contexto, Evelyn Berezin, cautivaba por la ciencia y la tecnología gracias a la ciencia ficción con la que se relacionó de pequeña, deseaba estudiar en el Politécnico de Brooklyn, un campus de la Universidad de Nueva York reproductor de roles de género, pues era exclusivo para hombres. Debido al reclutamiento militar de varones durante la Segunda Guerra Mundial y, por ende, a la apertura de vacantes estudiantiles, Evelyn pudo tramitar su cambio de carrera para poder estudiar, por las noches, Física. 

En 1951, Evelyn se incorporó a la Electronic Computer Corporation, donde, en 1962, creó el primer sistema de reservas de asientos para aerolíneas. Tras varios años de laborar en esa empresa y, sobre todo, motivada por dirigir sus propios horizontes fuera de la industria monopólica de IBM —que recién había sacado al mercado la máquina de escribir eléctrica—, co-creó Redactron Corporation. Ahí, el proceso de escritura se revolucionó al incluir circuitos integrados de computadora. En 1971 nació Data Secretary, el primer procesador de textos digital. Desde ese momento, era más sencillo borrar, copiar, pegar y reescribir.

La “madre de los procesadores de textos” buscó facilitar el trabajo de las mujeres tecleadoras, ensambladoras de ideas, pero los efectos, más bien, se posicionaron en la precarización y subestimación de esa labor. La tinta que quedaba en las manos de las mecanógrafas fue delegada, higienizada, vista como arcaica.

 

Con los cambios tecnológicos


el proceso de escritura
el contenido textual
los cuerpos de quienes escribimos                                             se transforman
el trabajo de las mujeres

Referencias: